El mundo del futurista está dominado por las cinco ‘P’ del cono de futuros. Tenemos los futuros proyectados y probables que describen un estado limitado de resultados futuros. Estos son futuros cognoscibles que pertenecen al mundo del riesgo. ‘Futuros del pequeño mundo’ como lo describen John Kay y Mervyn King en su libro ‘Radical Uncertainty’. Hay un conjunto limitado de resultados en un futuro determinado que se produce en un mundo donde existe una gran base de información sobre resultados anteriores a la que recurrir. Lanzas una moneda imparcial y esperas cara o cruz.
Los futuros del mundo pequeño opuestos son los ‘futuros del mundo grande’. En estos, los estados futuros son principalmente incognoscibles. Existe una amplia gama de resultados potenciales con una base de información muy limitada o inexistente para aprovechar la experiencia previa. Lanzas una moneda imparcial y no tienes idea de cuál podría ser el resultado. La moneda puede caer de su lado. O podría caerse por un desagüe. O podría ser interceptado en el aire y no aterrizaría en absoluto. Aquí hay muchos resultados potenciales. Este es el mundo de la incertidumbre, dominado por futuros posibles y futuros plausibles.
Estas distinciones, entre futuros proyectados, probables, plausibles y posibles, importan porque sobre esta estructura se encuentra una gran cantidad de futuros preferibles. Los futuros preferibles proporcionan el punto en el que la previsión se convierte en ilusiones. Sin embargo, vale la pena llegar a ese punto a lo largo del camino porque nos permite ver lo que está pasando aquí.
Los futuros preferibles son inequívocamente normativos. Describen lo que queremos que suceda en el futuro. Algunos observadores posicionan los futuros proyectados como un polo opuesto a los futuros preferibles. Se argumenta que una combinación de observación y cuantificación agrega un grado de objetividad, que contrasta con la subjetividad esencial de los futuros preferibles. Sin embargo, tras un examen más detenido, este podría no ser del todo el caso. Cuando profundizamos en las probabilidades que sustentan el caso de la objetividad de los futuros proyectados, encontramos todo tipo de subjetividades que pueden entrar en un ejercicio aparentemente objetivo. Está la cuestión de qué se está midiendo. La base sobre la que se mide. La interpretación de los resultados. Y así sucesivamente y así sucesivamente. Si bien algunos futuros pueden ser numéricos, eso no significa que sean completamente objetivos.
Aquí es donde las ilusiones entran en escena. Una parte esencial de las ilusiones es el enfoque en el futuro que queremos que suceda. Es posible que tengamos un fin particular en mente, pero puede que ese no sea el único resultado posible. Por ejemplo, en el juego ‘Monopoly’, se lanzan dos dados para determinar cuánto avanza un jugador en el tablero. Jugamos la regla de que un doble seis le da al jugador un turno adicional. El jugador puede querer lanzar un doble seis (porque eso le ayudará a progresar en el tablero), pero ese deseo no excluye la posibilidad de lanzar cualquier número entre dos y once. Solo cuando el jugador está convencido de que lanzará un doble seis, entramos en el reino de las ilusiones.
Esto es importante porque entra en nuestro análisis del futuro. En 1941, Stalin se convenció a sí mismo de que Hitler no invadiría Rusia, a pesar de la evidencia contraria de que Chamberlain estaba igualmente mal convencido en 1938 sobre Polonia. Tanto Stalin como Chamberlain estaban envueltos en ilusiones con exclusión de todos los demás futuros posibles. Siempre que emprendemos un ejercicio de futuros, aplicamos una serie de suposiciones sobre el futuro. Es la inexactitud potencial de estos supuestos lo que da lugar a varios futuros posibles y la incertidumbre inherente a esa estructura. Aquí es donde podemos comenzar a evitar que la previsión se convierta en una ilusión.
Un aspecto realmente importante en el estudio del futuro es identificar los supuestos, tanto explícitos como implícitos, dentro del estudio. Ese es un argumento a favor de la pluralidad. Si el equipo que realiza el estudio tiene un grado de diversidad, muestra diferencias de opinión y discute mucho el punto, entonces puede tener un mayor grado de confianza en el estudio resultante. Para decirlo de otra manera, si desea evitar que su previsión se convierta en una ilusión, salga y discuta con personas diferentes a usted. Hágalo con una mente inquisitiva y acepte que puede estar equivocado. De esa manera, su trabajo mejorará naturalmente.
Stephen Aguilar-Millán
© El Observatorio Europeo de Futuros 2021
Fuente: https://eufo3.blogspot.com/2021/03/how-do-you-stop-foresight-from-becoming.html?spref=fb&fbclid=IwAR2yDe6XBccK2uWx6WrJFzGjcHR9OaLeTcN0nZjivkXylvLjmXRfQhC6lgE